Thursday 13 November 2014

Lo siento, Lynch...

   Me da risa. Siempre ando perdida; donde sea. En mis palabras, en las ideas, en las conversaciones, por la ventana... pero, ahora me refiero a que no sé llegar a un montón de lugares en los que he estado muchas veces.  No tengo el menor sentido de orientación. Y es que no pongo atención. Mi papá dice, "si vinieras menos tiempo mirando hacia adentro o parloteando..." Pero no es así. Voy viendo hacia afuera, sin ver. Es decir muchas veces veo hacia afuera pensando en lo de adentro. Otras, sí miro cada elemento de lo que hay afuera, pero sin prestar atención al orden y organización de lo que está ahí; sólo veo cada cosa aisladamente, pensando eso que me llama la atención, sin realmente atender a lo que le rodea; sólo es que me absorben algunas cosas.
   Jamás podría dar una visita guiada de la ciudad. No tengo la menor idea de como se conectan las calles o cómo es que tal avenida de pronto va a dar (quién sabe cómo) a otro punto. Es algo mágico para mí, el hecho de llegar a otros lugares. Todos los elementos de los que hace mención Lynch, para mí, pasan de noche. Y mucho más si hablamos de que no conozco ninguna de las ciudades de las que habla (vamos, si pusiera los ejemplos de lo que estaba hablando en la ciudad de México, igual no sabría de qué está hablando).
   Sólo hay una cosa que me atrapa de todos sus referentes de ubicación: el mojón.  Claro, cuando vas prestando atención a cosas sin contexto, el mojón es para tí (y aun así, varios pasan desapercibidos). Pero sé que esto me funciona mejor, porque me pueden dar un millón de señas de tal lugar, calles, delegaciones, colonias, etc. y no tengo la menor pista de qué me están hablando. Pero si alguien tiene la brillante idea de decirme "por donde está la casa azul, abandonada, que te gusta, en una cuchilla, cerca del italiannis" Ya sé donde; tomaré el metrobús, (el que, de hecho sí sé que va por Insurgentes) y me dirigiré hacia el norte, por muchas, muchas estaciones. Posiblemente me distraiga en otras cosas y me pase una estación o dos, pero igual lo tomo de regreso; habiendo recogido uno que otro mojón  más dentro de mi limitado repertorio: bien dice mi abuelo que "viajar ilustra".