Sunday 10 May 2015

Mom

Y el problema es que no tengo muchas palabras ahorita. No por ti, o porque no las haya para ti, sí las hay y muchas.
Pero hay muchos puntitos, y todo como lo veo son puntitos, como donde dejas de ver el papel decorado, o los listones y sabes que siguen y siguen en el trozo que se cortó, en el que está en otro lado; como todos los recuerdos, los que se quedan en tu memoria y los que están en algún otro lugar y todos son de diferente color. Y todos son bonitos de alguna manera, porque se juntan y hacen un todo. Y no sé, es que estás en montones de puntitos míos. En los verdes y amarillos de las historias más chistosas y en los rosas de las cosas cursis (y cursi es bonito y sensible y todas las cosas tranquilas que quieres guardar, como los abrazos y los cariños de cabello). Y esos en los que la pintura se mezcló y te dejó con incertidumbre, de todas las cosas difíciles que ocurrieron. Y los del color que me interrumpen las conversaciones internas y me hacen decir en voz alta "por qué hice eso!?" Y lo siento.
Y al final cada uno de los puntitos son sólo una anécdota o algunos una cosa más grande y bonita; pero todos son bonitos porque están juntos.

Thursday 26 February 2015

26

Es como que nadie sabe, es más ni tú ni yo, pero llevábamos mucho, demasiado tiempo sentados en un sillón, leyendo las mismas cosas, pensando las mismas cosas, sintiendo cosas extrañamente iguales, y así. Y nadie sabe la magnitud de la similaridad que eran todas esas cosas y sobre todo, nosotros mismos. Y de pronto un día nos vimos y ni cuenta nos dimos que estábamos sentados en el mismo lugar, a pesar de decir lo mismo. Y luego sólo nos vimos bien. Y ni si quiera lo entendimos, sólo nos dimos cuenta de que ahí estábamos.

Wednesday 25 February 2015

Rizoma

Encontrarse parado en un punto desde el cual se ven varias direcciones posibles, es algo que me da mucho miedo. Me da miedo porque el "hubiera" es algo que me inunda de maneras inexplicables. Para bien o para mal se han tomado decisiones, y donde estoy ahora es la suma de los hubiera que fueron en cada momento. Aun así, cuando regreso a las disyuntivas, a los momentos que fueron decisivos siento el mismo miedo o aún más que en aquel momento, porque ahora sé por lo menos dos de las posibilidades potenciales que caben dentro del mar de opciones. Ese momento en el que al no saber qué hay del otro lado, uno se convierte casi en objeto, ignorante de lo que después cambiará lo que llegará a ser.  Saliendo de esa encrucijada, volverá a su forma de sujeto, acumulará experiencias que, a pesar de todo en la próxima parada, parecerán dejarlo a uno detrás volviéndolo otro objeto ante la decisión inminente.
Este tipo de discusiones tengo conmigo misma al recordar cada una de las opciones que se han venido a parar de frente a mí a cada rato. En cada momento, siento el horror de la posibilidad de que en una dimensión alterna, una yo, tome una decisión distinta. Pensar en cada hubiera. Pensar en todos los hubieras que no son el fue.
Es una discusión tonta, lo sé, pero no quisiera por nada cambiar algunas cosas.
Es sólo que a veces si te duermes, después todo siempre cambia.